Verdades varias

La vida está llena de pequeñas alegrías; el arte consiste en saber distinguirlas.
Li Tai Po, poeta chino







9 Sept 2010

Fantasma

Está ahí y no lo ves. Te acecha, te merodea, te persigue cual sombra, pero vos no podés verlo. Vas tranquila y parsimoniosa por la vida, sin preocupaciones y desconociendo la presencia de este predador de la memoria. Y de repente, sin que vos puedas reaccionar, ataca: el recuerdo del ex está ahí para hacerte llorar una vez más, para obligarte a pensar en él contra tu voluntad, para cerciorarse de que no estés olvidándote de (todo) lo que significó para vos.
Vos pensabas que los resabios del viejo amor estaban muertos y sepultados bajo una tonelada de lágrimas y pañuelos descartables, pero no. Están más vivos que nunca, fortalecidos y dispuestos a no dejarte tranquila por un largo rato. Porque un fantasma tiene esa habilidad: aparece y desaparece a piacere, cuando, donde y como quiera; eso sí, te deja hecha jirones, porque es dañino y golpea en el momento menos pensado, con una fuerza indescriptible. Ésa es otra de las cosas que no puede faltarle a ninguna buena sombra del recuerdo: el factor sorpresa.
Lo único que querés es sacártelo de encima de una buena vez. Ya no tenés fuerzas para luchar, y el muy maldito se aprovecha de tu debilidad para caer de lleno sobre vos. Te vas sumergiendo de a poco en una marea furiosa de memorias y recuerdos que no querés traer a colación, pero éstos pujan muy fuerte para salir a la luz. El fantasma está dentro tuyo, se apoderó de tu conciencia, ya no la manejás vos. Te domina, te posee, te obliga a mirar hacia atrás y acordarte de él.
Pero atención: sos vos la que está amarrada al recuerdo de lo que fue; sos vos la que no está dispuesta a dejarlo ir por ahora; sos vos la que tiene miedo del futuro y se refugia en el pasado, en ese tiempo lejano que te hace tan mal. Sos vos la que quiere recordarlo permanentemente. Tranquila, no sos la única, a la gran mayoría nos pasa.
Y entonces, ¿cómo hacer para desterrar a esta sombra maliciosa de nuestra conciencia? Se requiere paciencia, tiempo y una enorme fuerza de voluntad. Porque al fin y al cabo, el fantasma sos vos.

Fantasma - Gustavo Cerati

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