El mensaje iniciaba así: "Te amo con toda mi alma pero lamentablemente esto me hace mal...". No llegué a leer cómo seguía, ya resultaba obvio que estaba leyendo lo que le escribía a su chica.
En ese rapto de vieja chusma que tuve en el colectivo descubrí a un muchacho de unos 25 años dejando a su novia vía mensaje de texto. Fui espectadora de la forma digitalizada y globalizada de terminar con una relación. "Cómo cortar con tu novia en la Era 2.0".
Todo bien con los mensajes de texto, con los chats; todo bien con que nos permitan estar comunicados 24/7 pero, ¿no te parece de poco hombre dejar a tu chica con un sms? O sea, ponete los pantalones que decís llevar con tanto orgullo, mirala a los ojos y decile que todo terminó. Face to face.
Si a mí me cortan el rostro a través de un mensaje de texto, llamo al susodicho inmediatamente y le estampo un "pedazo de cobarde mal nacido" en el oído, fácil y corta. En fin, "desde que el mundo es mundo, nada es nuevo bajo el Sol".
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