Verdades varias

La vida está llena de pequeñas alegrías; el arte consiste en saber distinguirlas.
Li Tai Po, poeta chino







18 Aug 2011

Por dos pelos

Volví al campo de batalla tras una prolongada desaparición. Volví para contarle a quien quiera leer que estoy hecha una arpía. Una arpía con todas las de la ley: hice llorar a un hombre, otra vez, después de tres años de haberlo hecho por última vez.
Hace cuatro meses empecé a salir con un chico. De a poco nos fuimos enganchando, cada vez más: conocí a su familia y él a la mía; compartimos almuerzos, meriendas y cenas familiares; conocí a sus amigos y él a los míos; me quedé a dormir en su casa miles de veces. Podría seguir enumerando, pero creo que entendieron mi punto.
Ahora bien, ustedes se preguntarán qué tiene de malo este chico como para que haya intentado dejarlo. Nada, la respuesta es nada. Es lo mejor que me pasó en un largo, largo tiempo; con él pude descubrir cosas en mí que no conocía, se ganó mi confianza y yo me gané la suya. Y sin embargo, aún teniendo tanto viento a favor, yo quise huir despavorida sólo porque tengo miedo, porque lo quiero y estoy dispuesta a dar un paso más en la relación, pero él aún no está listo.
Fui egoísta, lo lastimé, lo hice llorar (yo también lloré, no soy una roca), y me perdonó. Porque es un santo, poque me quiere. Porque no es el momento de terminar, si estamos tan bien juntos, si vamos tan bien encaminados. Cuando el miedo invade me apresuro: sólo pienso en mí, en no querer sufrir. Por suerte me di cuenta, por suerte él me abrió los ojos: el sufrimiento llegaría de la mano de la separación.
Por apresurada, por atolondrada y egoísta o caprichosa, por todo eso, casi tiro a la basura una relación que seguramente siga creciendo más y más. Por miedosa, cagona. Hubiera sido semejante boludez, que hoy en vez de estar escribiendo esto, estaría asfixiándome con la almohada, o ahogándome con mis propias lágrimas.
Habráse visto semejante cobardía, que una persona le teme al amor, le teme al cariño, le teme al futuro. Suerte es tenerlo, suerte es que seguimos. Por dos pelos no me rajé al cuerno. Suerte que me detuvo. Por dos pelos una pena enorme no me poseyó. Por dos pelos soy feliz, con él.


"Vivo en paz, tengo suerte, te tengo a vos y es suficiente". ♥